> Hinduismo Sagrado: Beneficios de la Cremación para el alma de los difuntos

miércoles, 14 de abril de 2021

Beneficios de la Cremación para el alma de los difuntos


La Teosofía, el Budismo, el Jainismo y el Hinduismo, así como otras corrientes de origen oriental; sostienen que es mucho más beneficioso, de varias maneras, que los cadáveres sean incinerados en lugar de enterrados. De este modo se deshace cualquier tipo de aferro al plano material, permitiendo que las almas sean liberadas de este plano.

En los países orientales, la cremación es una práctica sumamente común y ancestral, llegando a haber países en los cuales ni siquiera existen cementerios.

Y es precisamente el Hinduismo quien lleva milenios practicando la cremación de los cadáveres, y hoy veremos los motivos.


El cristianismo extendió la creencia de que la cremación evitará que las almas resuciten y/o puedan entrar al cielo. Sin embargo, esta es una gran equivocación.  

El Hinduismo disipa estos conceptos totalmente erróneos con tres puntos básicos: 

1. El alma abandona el cuerpo tras la muerte física, y, de hecho, es la partida del alma la que causa la muerte del cuerpo. En consiguiente, podemos ver al cuerpo como un simple cascarón del alma.
2. El alma no es algo material o tangible que sucumba a las leyes del plano físico, por lo tanto, no puede verse afectado de ninguna manera por el fuego ni por ningún otro elemento. El cuerpo y el alma son dos entidades independientes entre sí.

3. El alma es inmortal. No puede ser destruida. Únicamente se transforma a lo largo del tiempo adoptando diferentes formas de vida y en diferentes tipos de planos. Esto se conoce como "Saṃsāra", que se traduce del sánscrito como "flujo", "transmigración", o "errante", haciendo referencia a los infinitos viajes post-mortem del alma tras cada muerte física. 


En el Bhagavad-gītā, uno de los libros sagrados más importantes del hinduismo, leemos: "nna jāyate mriyate vā kadācin nāyaṁ bhūtvā bhavitā vā na bhūyaḥ ajo nityaḥ śāśvato ’yaṁ purāṇo na hanyate hanyamāne śarīre", que significa:

"Para el alma no existe el nacimiento ni tampoco existe la muerte, en ningún momento. Ella no ha llegado a ser, no llega a ser y no llegará a ser. El alma es innaciente, eterna, permanente y primordial. No muere cuando muere el cuerpo".

Y añade: "nainaṁ chhindanti śhastrāṇi nainaṁ dahati pāvakaḥ na chainaṁ kledayantyāpo na śhoṣhayati mārutaḥ":

"Las armas no pueden destrozar el alma, ni el fuego puede quemarla. El agua no puede mojarla, ni el viento puede secarla".

"vāsāṁsi jīrṇāni yathā vihāya navāni gṛhṇāti naro ’parāṇi tathā śarīrāṇi vihāya jīrṇāny anyāni saṁyāti navāni dehī":
"Así como un hombre descarta la ropa gastada y se pone ropa nueva, el alma descarta los cuerpos gastados y se adhiere a otros nuevos". 

El Kaṭha Upaniṣad complementa: "na jāyate mriyate vā vipaścinnāyaṃ kutaścinna babhūva kaścit, ajo nityaḥ śāśvato'yaṃ purāṇo na hanyate hanyamāne śarīre", que significa:

"El alma inteligente no nace ni muere; no vino de ninguna parte ni era nada. Es no nacida, eterna, perpetua, ancestral; no se muere aunque el cuerpo muera".

El alma está colmada de conocimiento y conciencia, pero en cada vida, también es propensa a olvidar su verdadera naturaleza celestial. Por ello, el cultivo de conocimiento sagrado es esencial para retornar a nuestros orígenes, disipar el mal Karma y desanclarse del ciclo del Saṃsāra (mokṣa = liberación)

Para poder obtener detalles más profundos sobre todos estos conocimientos y conceptos, aconsejo empedernidamente leer una de mis otras publicaciones:



El teósofo William Quan Judge, complementa lo anterior diciendo; 

"El fuego material solo puede tener un efecto sobre la materia y la sustancia que pertenezcan al plano material (es decir, al físico), por lo tanto, el proceso de cremación no puede perturbar, dañar o afectar negativamente cualquier parte de nuestro ser que no sea el cuerpo físico".

Entonces, a grandes rasgos debemos comprender que el cuerpo y el alma son entidades completamente independientes entre sí. El cuerpo es mortal, nace y renace muchas veces dependiendo de la preparación del alma y su estado de conciencia. Bien puede tratarse del cuerpo de un ser humano, de un animal o de una planta. El cuerpo es simplemente un vehículo transitorio que puede tomar muchas formas temporales. 

Cuando una persona alcanza un gran estado de erudición y desarrollo espiritual ingresa a "Vaikuṇṭha" tras la muerte, que es la morada eterna del Señor Vishnu, y es aquí en donde alcanza "mokṣa", es decir, la liberación del ciclo de reencarnaciones. El Señor Krishna dice lo siguiente: "ā-brahma-bhuvanāl lokāḥ punar āvartino ’rjuna mām upetya tu kaunteya punar janma na vidyate", que significa:

“Todos los planetas del mundo material, ya sean los más elevados o los más bajos, son lugares de miseria en los que se producen repetidos ciclos de nacimiento y muerte. Pero quien llega a Mi morada, Vaikuṇṭha, ¡oh, hijo de Kunti, nunca vuelve a nacer! ”.

El hinduismo enseña la existencia de diferentes tipos de planos, dimensiones y planetas; todos habitados por diversas formas de vida, tanto físicas como espirituales. Tras la muerte, cada ser vivo abandona su cuerpo material para hacer ingreso a un plano determinado, según dictamine su propio karma, pudiendo ser castigado o recompensado. Pero atención: esto siempre será de manera temporal, a excepción de aquellos que logren ingresar a Vaikuṇṭha. Por ejemplo, las almas que fueron buenas pero que no alcanzaron un estado total de pureza e iluminación pueden ir a parar a planos como "Satya-loka", "Svar-loka" o "Swananda-loka", que son planos de felicidad y bienaventuranza. 

De igual modo, aquellas personas que fueron impuras, malvadas y pecadoras irán a lugares de castigo y tormento, como el "Naraka", que podría ser comparado con el infierno cristiano o el infierno islámico, puesto que también es un sitio de caos, sufrimiento, angustia, tortura, martirio y dolor, al cual van las personas que acumularon una gran cantidad de karma negativo.

Si desea leer más información al respecto, visite mi siguiente artículo:



El tiempo de estadía en estos planos se ve determinado únicamente por el Karma. Una vez que el Karma se consuma, el alma reencarna tomando otro cuerpo en el mundo material.

Es por esta razón que el hindú y el budista no se preocupan demasiado por el cuerpo, ni tampoco lloran excesivamente a sus fallecidos. Ellos entienden que la muerte no es el final de la vida, sino que la mera transición a otro ciclo de existencia.

Entonces; ¿Por qué se establece la cremación en lugar del entierro?


A continuación explicaré los principales puntos por los cuales todos los cadáveres deberían ser cremados.

#1: El cuerpo astral se va desintegrando después de la muerte al mismo ritmo que lo hace el cadáver físico, para luego separarse totalmente. Entendiendo lo anterior; el alma no abandona el cuerpo inmediatamente tras morir, sino que permanece cerca, decayendo y disipándose junto con el cuerpo físico que anteriormente había vitalizado. Si el cuerpo físico está simplemente enterrado, los restos del cuerpo astral permanecerán allí por mucho más tiempo, y esto puede tener consecuencias indeseables, por ejemplo; que el difunto se percate sobre su condición e intente aferrarse al plano físico. Pero si el cuerpo es incinerado después de la muerte, el cuerpo astral se disuelve a mayor velocidad, permitiendo su liberación inmediata.

#2: La cremación da como resultado que el alma difunta se libere en gran medida de cualquier atracción restante que pueda tener hacia la Tierra, así como tareas pendientes o incluso la negación a morir. Y esto es sumamente importante, sobretodo en personas que hayan sufrido muertes repentinas causadas por accidentes, asesinatos o incluso suicidio. La cremación permite que las almas se liberen y no retornen como fantasmas o almas en pena. 

#3: Una disolución ardiente del organismo trae una liberación más rápida y completa del alma, ya que el entierro preserva la conexión psíquica del difunto con su vida terrenal recién terminada. Después de la muerte, el alma difunta se cierne cerca del plano terrestre en su cuerpo astral, unida emocionalmente al cuerpo físico y a su antiguo entorno, aún capaz de ver este mundo material. Los ritos funerarios y la quema del cuerpo entregan una liberación espiritual, ya que el fuego corta los lazos con la vida física y le da impulso al alma del difunto, notificándole al mismo tiempo que la muerte ha llegado, y que es momento de abandonar este plano de existencia. Algunos de los cantos funerarios se dirigen al difunto, instando al alma a renunciar a los apegos materiales o pasionales para así poder continuar con su viaje espiritual. Como dato extra, me gustaría decir que las antiguas escrituras orientales amonestan la lamentación excesiva del difunto y alientan la liberación gozosa, ya que el alma difunta siente el impacto de las fuerzas emocionales dirigidas hacia él, y el duelo prolongado puede mantenerlo en la conciencia terrenal, inhibiendo la transición completa del ciclo. Incluso, la lamentación excesiva es "culpable" de que los difuntos se percaten sobre su condición, al igual que la nigromancia y el espiritismo. Por eso no se recomienda la comunicación con los muertos ni el entierro bajo tierra.

#4: Desde un punto de vista sanitario, la cremación de los cuerpos resulta ser mucho más eficaz que el entierro, puesto que elimina cualquier tipo de vector contaminante que pueda transmitirle enfermedades infecciosas a las personas. Además pensemos lo siguiente; si uno de nuestros seres queridos fallece, ¿por qué querríamos prolongar la horrible putrefacción y descomposición de sus restos mortales bajo tierra? 

Realmente no se puede decir nada a favor del entierro, pero sí mucho a favor de la cremación. Muchas personas descubren que experimentan un cierto grado de "cierre emocional" después de que su ser querido ha sido incinerado, lo que de otro modo no hubieran podido obtener con el constante pensamiento de que el cuerpo yace putrefactamente en la tumba. 

El cabalista y ocultista Eliphas Levi escribió sobre el entierro: 

“La preservación de los cadáveres es una violación de las leyes de la naturaleza; es un ultraje contra la modestia de la muerte, que oculta las obras de destrucción. Preservar cadáveres es crear fantasmas en la imaginación de la tierra. Los espectros de la noche, de las alucinaciones y del miedo no son más que "fotografías" errantes de cadáveres preservados. Son estos cadáveres los que propagan la peste, el cólera, las enfermedades contagiosas, la tristeza, el escepticismo y la depresión entre los seres vivos. La muerte es exhalada por la muerte. Los cementerios envenenan la atmósfera de las ciudades, y el miasma de los cadáveres arruina a los niños incluso en el seno de sus madres ". 

 

La primera cremación en Occidente se llevó a cabo en Estados Unidos recién en el año 1.876, tras la muerte de Joseph Henry Louis Charles; quien fue uno de los primeros miembros Sociedad Teosófica, más tarde, Helena Petrovna Blavatsky, quien fue la líder y fundadora de este movimiento; se transformó en la primera persona en ser cremada en el Reino Unido, luego de su muerte en mayo de 1.891. Es de esperar que más personas en occidente adopten esta forma de ritual fúnebre. 

Para profundizar en este conocimiento, se recomienda la lectura de:


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