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miércoles, 12 de mayo de 2021

¿Qué es el Hinduismo?: Principios y creencias fundamentales


El Hinduismo, la religión más antigua del mundo, no tiene comienzo: precede a la historia registrada. Tampoco posee un fundador humano, ya que el conocimiento se obtuvo directamente canalizando a Dios, ¿cómo? a través de la meditación más compleja y profunda; aquella que les permitió a nuestros ancestros la comprensión del universo.  El Hinduismo es una religión mística que lleva al devoto a experimentar personalmente la Verdad interior, alcanzando finalmente el pináculo de la conciencia, donde el hombre y Dios son uno.

En la presente publicación vamos a conocer las principales creencias y principios filosóficos y espirituales del Hinduismo.


  • ¿Qué es el Hinduismo?


El Hinduismo es un movimiento religioso, filosófico y espiritual con más de 6.000 años de historia ininterrumpida, puesto que los primeros vestigios sobre su práctica se remontan al período protoindoeuropeo de la Edad de Cobre, entre los pueblos que florecieron alrededor del Valle del Indo, actual India y Pakistán. Eso hace que el Hinduismo sea la religión más antigua de todo el planeta. Sin embargo, también es curioso señalar que los textos hindúes aseguran que los orígenes de esta religión son todavía más antiguos, y que preceden a cualquier otra civilización que conozcamos. De hecho, es responsabilidad de cada humanidad, en las diferentes eras; la de adquirir dicho conocimiento. Por eso se dice que el hinduismo no tiene origen ni fundador humano; pareciera que siempre ha existido. 

Sus profundas enseñanzas y textos sagrados, los cuales se encuentran repletos de abundante sabiduría y simbolismo; invitan a que el ser humano pueda adentrarse en un viaje místico de autoconocimiento, filosofía y reflexión, para que de este modo podamos comprender el funcionamiento de la vida, la relación del hombre con el cosmos, y el nexo que une nuestra alma con lo divino. El Hinduismo incluye una gran colección de prácticas espirituales que conducen a la iluminación, junto con una serie de guías y recomendaciones imprescindibles para llevar una vida equilibrada, justa y feliz, enfocándose también en potenciar los aspectos metafísicos y esotéricos del hombre, entendiendo que no somos únicamente seres compuestos de carne y hueso, sino que seres divinos en potencia; en cuyo interior se encuentra morando un cuerpo astral (en sánscrito; sūkṣma śarīra), el alma (ātman; que es inmortal y eterna), y un complejo sistema de centros energéticos (chakras/kundalini). De hecho, es con estos vehículos sensibles que experimentamos los viajes astrales durante el sueño, o con los cuales alcanzamos diferentes estados de conciencia por medio de la meditación, regresión, trance etc. 

Cabe decir que el verdadero nombre del Hinduismo, aquel que se plasma en los textos sagrados y con el cual se identifican sus seguidores, es "Sanātana Dharma", que significa "Verdad Eterna", "Camino Verdadero", o en un contexto diferente: "Pautas para vivir la vida en Armonía". Esto se debe a que dicha religión se compone por una colección de pautas que ayudan al individuo en el camino del autodescubrimiento y el desarrollo espiritual. Sin embargo, estas pautas no son vinculantes ni dogmáticas, son sugerencias, son guías filosóficas, morales y espirituales, ya que no existe el concepto de "prohibición" o "proscripción" en el hinduismo. Nuestras escrituras siempre usan las palabras "preferible" y "evitable" para cuando nos enfrentemos a cualquier dilema o situación El hinduismo no es dogmático; jamás le impondrá a una persona lo que tiene o no tiene que hacer, aquí no existe la "condena por pecado" como en otras religiones. Sanātana Dharma no es una fe ciega, no impone dogmas, exigencias, mandamientos ni profetas, más bien se trata de cuestionar, de reflexionar, y, de principalmente, autoexplorarnos, desde la primicia de que cada criatura viva puede conectarse con lo divino.



  • ¿Cuáles son las principales creencias del Hinduismo?

A continuación resumiré los 10 principales prospectos filosóficos que componen la base del sistema Dhármico o hindú.


1) Brahman: El Hinduismo predica la idea de que existe una divinidad suprema, omnipresente y todopoderosa, de la cual se originó el cosmos, la vida, y todo lo existente. Este Dios es llamado "Brahman" (ब्रह्मन्); el principio primigenio del universo. Él es inconmensurable, infinito, sin género ni forma, la causa y efecto. Brahman es la energía vital que impregna cada objeto y a cada criatura viva. Por estas razones se le conoce como "Absoluto Supremo" y "La última Realidad del Universo", ya que Brahman es la fuente original de vida y creación, lo único existente antes del tiempo, y lo único que seguirá existiendo después del mismo. Gracias a Brahman disponemos de un vehículo espiritual que nos vuelve divinos, el alma, y si la trabajamos correctamente, podremos retornar a su diestra, y de hecho, ese es el objetivo de la vida y uno de los aspectos más importantes del hinduismo: la liberación, o "mokṣa" en sánscrito, que se define como el cese de los ciclos reencarnativos; cuando el ser humano regresa a Vaikuṇṭha tras la muerte, el Reino Celestial de Brahman, en donde gozaremos de satisfacción eterna.


2) Reencarnación, Saṃsāra y Mokṣa: La vida es efímera; el cuerpo físico fallece, pero el alma es imperecedera e inmortal, y por ende; no puede ser destruida, ya que se encuentra sujeta a un ciclo continuo de nacimiento y renacimiento. Estos ciclos se conocen como "Saṃsāra", palabra que podría traducirse del sánscrito como "flujo", "transmigración" o "errante", haciendo referencia al viaje post-mortem del alma tras la muerte. ¿Por qué las almas reencarnan? La respuesta es sencilla; porque necesitan perfeccionarse, desarrollarse y evolucionar espiritualmente, ya que no podemos entrar al Reino Celestial si nuestra alma se encuentra impregnada de corrupción, contaminación y mal Karma. Por ende, la reencarnación es una nueva oportunidad que se nos ofrece para poder limpiarnos y mejorar nuestros errores pasados; mientras menor Karma carguemos en cada vida, más cerca estaremos de romper las cadenas del Saṃsāra. En caso contrario, si un alma jamás intenta corregirse ni mejorar, entonces, estará anclada a un ciclo de renacimiento eterno, lo cual es negativo ya que la vida física es un mar de dolor, sufrimiento y caos, y solo podremos alcanzar la paz y felicidad verdadera, cuando volvamos al Reino Celestial. Por lo tanto, la muerte física es la transición más natural para el alma, la cual sobrevive y, guiada por el karma, continúa su largo peregrinaje hasta convertirse en una con su creador, Dios. El alma puede reencarnar en otros planetas o en otras dimensiones, ya que el hinduismo postula la existencia de diferentes universos. Hay miles de millones y billones de universos en esta creación material, de los cuales nuestro universo es solo una parte insignificante. Cada universo está compuesto por miles de millones de planetas que se agrupan en tres divisiones, a saber; ūrdhva-loka, madhya-loka y adho-loka. Pueden pasar días o incluso miles de años entre una reencarnación y otra, todo dependerá del karma acumulado por la persona y la forma en que falleció. En el Bhagavad-Gītā, uno de los libros sagrados más importantes del hinduismo, el Señor Krishna dice lo siguiente:

“Todos los planetas del mundo material, ya sean los más elevados o los más bajos, son lugares de miseria en los que se producen repetidos ciclos de nacimiento y muerte. Pero quien llega a Mi morada, Vaikuṇṭha, ¡oh, hijo de Kunti, nunca vuelve a nacer! ”.

 


3) Dioses: Para acompañarnos a lo largo de nuestras múltiples existencias, Brahman se manifiesta a través de cientos y miles de Dioses; cada uno de ellos polariza diferentes aspectos de su poder, personalidad y energía, por lo tanto; condensan una característica o un atributo específico. Es por esta razón que el hinduismo tiene la fama de adorar a muchos Dioses, ya que cada uno de ellos representa un aspecto diferente del Absoluto Brahman. Pensemos en un bello y gran árbol; puede tener cientos de ramificaciones, hojas, flores y frutos, pero todas provienen y nacen de la misma raíz que las sustenta a todas, lo mismo ocurre con Brahman y los Dioses; ellos son la forma que tiene la raíz para poder expandirse y expresarse. Cada Dios entrega diversas herramientas para nuestro despertar espiritual, y también, para poder llevar una vida justa y armónica. En el hinduismo, el devoto tiene la completa libertad de elegir a cuál Dios adorar, dependiendo claramente de sus necesidades y objetivos; puede centrarse en uno, en muchos, o incluso; en ninguno. Todos los Dioses del panteón hindú nos limpian del Karma y nos conducen por el camino trascendental hacia la liberación, hacia Brahman.

A continuación adjunto una lista con los principales Dioses (Devas) y  Diosas (Devis) del hinduismo: 

  • Vishnu
  • Brahmā (no confundir con Brahman)
  • Shiva
  • Ganesha
  • Parvati
  • Rāma
  • Krishna
  • Lakshmi
  • Hanumān
  • Kali
  • Narasiṃha
  • Sarasvatī
  • Surya
  • Shakti
  • Agni
  • Vayu
  • Yama
  • Indra
  • Váruṇa
  • Karttikeya
  • Bhairava

Otra pregunta que quizá pueda venirnos a la mente, es: ¿Por qué los Dioses hindúes lucen tan extraños? ¿Por qué algunos tienen forma de animal, muchas cabezas, muchos brazos o pieles azules?

Aquella pregunta se puede responder fácilmente con la siguiente analogía. Imaginemos que debes visualizar el aire en tu mente, ¿puedes hacerlo? probablemente no. ¿Puedes representarlo? Tampoco. ¿Podrías dibujar el aire para que otra persona lo conozca y comprenda? Difícil. Resulta que el aire es invisible, incoloro, y no posee ningún tipo de patrón visual que pueda ayudarnos a mentalizarlo. Pero si yo dibujo al aire con rasgos humanos y lo adorno con elementos simbólicos que te recuerden su funcionamiento y sus características, entonces, comprenderás esa forma y empezarás a relacionarte con ella. 

Lo mismo ocurre con los Dioses hindúes. Durante miles de años, los sabios de la India llegaron a la misma conclusión; descubrieron una realidad trascendental a través de la meditación más compleja, y, para intentar acercarle esa realidad a los hombres comunes y corrientes, decidieron plasmar a los Dioses con formas y atributos que sean fáciles de comprender y recordar. El devoto hindú, sabe perfectamente que detrás de un Dios con forma de elefante, de león, de mono, o de un Dios con 10 cabezas y 10 brazos, se esconde un profundo mensaje espiritual y un ser divino completamente diferente.

En la antigüedad, los sabios indios pasaban sus vidas enteras meditando en bosques, en cuevas y en montañas. Ellos vivían como ascetas, absteniéndose de todo lujo y comodidad. Todos estos sacrificios tenían un mismo objetivo; alcanzar un grado superior de conciencia para trascender en vida, y así, conectarse con el universo y lo divino. El hecho de que los Dioses sean retratados con atributos que resulten familiares para el ojo común, permiten que las personas normales puedan acercarse a ese conocimiento sin la necesidad de realizar los extenuantes sacrificios de los sabios.



5) Karma: "Karma" literalmente significa "acción" en sánscrito. Esta es la ley de "causa y efecto", "acción y reacción", "secuencia y consecuencia". La ley kármica le brinda sostén y equilibrio al Universo, permitiendo que los seres humanos puedan evolucionar en cada vida, siendo recompensados o castigados por sus propios actos y méritos. El Karma es aquella ley que enjuicia a las almas tras la muerte, y que se encuentra inextricablemente unida con la reencarnación; ya que una sola vida no es lo suficientemente larga como para solucionar todos los efectos de todas las acciones que hemos cosechado durante esa vida. Cada acción y pensamiento que realiza una persona, sean buenos o negativos; terminarán afectándole en su próxima encarnación. Esto también incluye las razones o intenciones que tengamos detrás de cada acto. Si por ejemplo queremos realizar una donación caritativa sólo para impresionar o para distinguirnos, entonces, estaremos cosechando mal karma, ya que nuestra donación no fue motivada por el amor o las ganas de ayudar, sino que para alimentar nuestro ego. De igual modo, el Karma también nos afectará negativamente si le ordenamos a otras personas a que realicen malos actos por nosotros. Hay tres tipos diferentes de Karma; "Prarabdha", "Agami" y "Sanchita". Prarabdha es aquel Karma que experimentamos en nuestro actual cuerpo y presente vida, sea negativo o positivo. El Prarabdha nace a partir de todas las consecuencias kármicas que hayamos cometido en vidas anteriores, y con las cuales tendremos que vivir el presente, puesto que no pueden eliminarse ni modificarse de ninguna forma.  Por su parte,  Agami es el Karma que nace de todas las decisiones y acciones que tomemos en el presente, y las cuales repercutirán en nuestra próxima vida. Por ende, Agami construye el futuro. Finalmente, nos encontramos con Sanchita, que se define como la suma total de todos los Karmas, como si fuese una especie de "cuenta kármica" en la cual vamos depositando todo el karma de nuestras acciones. Tenemos que ver esto como un ciclo: 1) Agami cosecha el Karma futuro en base a las acciones del presente 2) Al fallecer, el Karma acumulado se almacena en Sanchita, en donde estará almacenado hasta la próxima reencarnación 3) Y finalmente, cuando nacemos, nuestra vida girará en torno a lo que dicte Prarabdha; que es aquella porción kármica que está lista para dar frutos, sean buenos o malos. 

Las sagradas escrituras hindúes profundizan y entregan muchos detalles para que podamos llevar una vida piadosa, libre del mal Karma. Por ejemplo, en el Bhagavad-gītā se nos dice:

"La Suprema Personalidad de Dios dijo: La valentía; la purificación de la existencia propia; el cultivo del conocimiento espiritual; la caridad; el autocontrol; la ejecución de sacrificios; el estudio de los Vedas; la austeridad; la sencillez; la no violencia; la veracidad; el estar libre de ira; la renunciación; la tranquilidad; la aversión a buscarles defectos a los demás; la compasión; el estar libre de codicia; la mansedumbre; la modestia; la firme determinación; el vigor; el perdón; la fortaleza; la limpieza; y el estar libre de envidia y del ansia de honor: estas cualidades trascendentales, ¡oh, hijo de Bharata!, les pertenecen a hombres piadosos que están dotados de naturaleza divina".


6) Tiempo cíclico: Eras Yuga

El hinduismo postula rigurosamente que el tiempo es cíclico, y no lineal. Esto quiere decir que el universo está destinado a cursar un vaivén infinito de ciclos cada "X" cantidad de tiempo. Los sabios indios lograron calcular matemáticamente la duración de estos ciclos, definiendo que se encuentran compuestos por un total de 4.320.000 años, los cuales se denominan "Mahā Yuga", que significa "Gran Ciclo". A su vez, el Mahā Yuga se divide en 4 diferentes etapas o eras, que cronológicamente son:

  1. Satya Yuga ( सत्य युग, que dura 1.728.000 años)
  2. Treta Yuga (त्रेता युग, que dura 1.296.000 años)
  3. Dvapara Yuga (द्वापर युग, que dura 864.000 años)
  4. Kali Yuga (कलि युग  ,que dura 432.000 años.)

Cada una de estas etapas se caracteriza por ser completamente diferente a la otra, además de que son progresivamente más cortas que la anterior, lo que también responde a una disminución en el estado moral, espiritual y físico de las personas que vivan en aquel entonces. Cabe decir que la transición entre una era y otra viene siempre acompañada de catástrofes y colapsos mundiales, como guerras, pobreza, hambruna, enfermedades, catástrofes medioambientales y climáticas, entre otros. Esto termina provocando extinciones masivas que incluso llegan a borrar civilizaciones enteras, obligando a que los pocos sobrevivientes tengan que empezar desde cero. Comencemos en orden cronológico: Satya Yuga se traduce como "Edad de Oro" o "Edad de la Verdad". Aquí, los seres humanos viven de forma fraterna y pacífica, no existen guerras ni enfermedades. Las condiciones climáticas son perfectas y existe mucha abundancia. En Satya Yuga, la humanidad trabaja colectivamente por el bienestar común, existiendo bondad, rectitud, erudición, honestidad y amor en el corazón de cada ser humano. El odio, la guerra, la mentira, el materialismo, la violencia, la codicia, la envidia, y todos los males que afectan a una sociedad se han erradicado completamente, y de hecho, las personas son altamente espirituales y meditativas, viviendo prácticamente como Dioses en la Tierra, ya que también tienen despiertas todas sus capacidades psíquicas e intelectuales, pudiendo estar en un continuo estado de Samādhi, es decir; conectados con Dios. Esta es la edad del Dharma; la era perfecta, la era de prosperidad y alegría, el "paraíso". Con el paso de los milenios, la humanidad comienza a desvirtuarse y a degradarse poco a poco, perdiendo gradualmente muchas de sus cualidades y virtudes, sumado a diferentes catástrofes ambientales y otras condiciones adversas. Así es como comienza Treta Yuga. Aquí, la humanidad comenzó a deleitarse en el placer terrenal y mundano, dejándose seducir por el materialismo y la lujuria. Habiendo desaparecido la abundancia de la era anterior; la gente se ve obligada a buscar medios de sustento, volviéndose cada vez más territoriales y conflictivos, luchando por ríos, animales, tierras, posesiones, etc. En esta era surgen los primeros bandos, clanes e imperios, los cuales se invaden unas con otras en búsqueda de riquezas, sustento y poder. Las personas se vuelven egoístas, frías e individualistas, alejándose de aquella fraternidad que alguna vez unió a sus antepasados en la era anterior. Aquí nace el instinto de supervivencia, las clases sociales y los conflictos geopolíticos. Por su parte, la espiritualidad va disminuyendo ligeramente, ya que los hombres están centrados en los asuntos materiales y mundanos. Sin embargo, todavía existe un gran porcentaje de personas rectas que se mantienen adheridas al Dharma, viviendo vidas felices, armónicas y espirituales, aunque lógicamente no al mismo nivel de fructicidad que había en Satya Yuga. En esta era muchos hombres justos comienzan a predicar y a impartir mensajes de amor y rectitud, con el objetivo de que la humanidad pueda vivir nuevamente en paz. Las personas rectas no se ven perturbadas por las tentaciones del mundo material, y continúan desarrollándose espiritualmente, en plena unión con Dios. En conclusión, Treta Yuga se caracterizó por albergar a una humanidad sumamente contrastada y polarizada: muchos hombres eran extremadamente felices, y otros eran extremadamente infelices; algunos eran piadosos, y otros estaban absortos en pecados. Con el paso del tiempo la humanidad se va corrompiendo cada vez más, dando por inicio la era de Dvapara Yuga. Aquí, las sociedades se han contaminado abrumadoramente; las naciones luchan entre sí y se esclavizan unas con otras. El ser humano intenta subsistir en un entorno que le es completamente hostil y peligroso, y junto con ello; comienza a perder muchas capacidades espirituales y psíquicas, volviéndose cada vez más limitado. La esperanza de vida se ha reducido drásticamente, y las condiciones climáticas son muy adversas. En esta época nacen diferentes religiones, las cuales intentan recuperar un poco de aquella sabiduría ancestral de eras pasadas, resguardándolas bajo alegorías y mitos complejos que pocos podrían entender, para que de este modo no cayeran en manos equivocadas. Las sociedades son extremadamente conflictivas, lujuriosas y materialistas, los alimentos escasean, y muy pocas personas imparten el amor y la bondad. La convivencia se torna caótica, y las guerras son pan de cada día. El nivel de maldad, violencia e inmoralidad resulta abrumador, y el porcentaje de gente justa se ha reducido drásticamente. La humanidad se ha dividido ideológicamente en diversas posturas; ya sean religiosas, políticas y sociales, lo cual termina generando una serie de roces que les impide llevar una vida espiritual y de dicha. El degeneramiento de la humanidad, junto con múltiples catástrofes naturales, terminan desembocando la última era del ciclo; Kali Yuga, que es coincidentemente la era que estamos atravesando en este minuto, la cual empezó alrededor del año 3.000 a.n.e. Las escrituras nos afirman que en Kali Yuga, la humanidad se corromperá a tal punto que solo existirá caos, odio, discordia, vicio y conflicto. Las personas actúan nocivamente, cegadas por el dinero, el poder, las posesiones y la mentira. Las enfermedades arrasan a los pueblos, al igual que las hambrunas y los desastres naturales. En Kali Yuga reina la perversión, la maldad, la ignorancia, la ambición, el engaño, la injusticia, la traición y el egoísmo. Ya no existe hermandad, los pueblos luchan empedernidamente entre sí a niveles nunca antes vistos. Las capacidades espirituales y psíquicas se han inhibido prácticamente en su totalidad, puesto que los hombres se han sumergido en el disfrute mundano, olvidando sus raíces divinas. El mal reina en cada rincón del planeta, haciendo que la vida se vuelva insoportable. Los hombres nacidos en Kali Yuga poseen poco brillo y son iracundos, codiciosos, falsos, traicioneros, ignorantes, violentos y orgullosos, mientras que los pocos seres iluminados serán perseguidos o no escuchados. Los gobernantes de Kali Yuga son corruptos, y las religiones desvían a la humanidad del verdadero conocimiento. Esta es la era del  "Adharma"; la máxima expresión del mal, el vicio y el odio. Es impresionante ver lo acertados que estuvieron los antiguos hindúes al profetizar y describir la presente era, ya que todo lo dicho se está cumpliendo al pie de la letra. Cuando la humanidad llegue a un punto cúlmine de corrupción y crueldad, el Señor Kalki, montado en su caballo blanco, descenderá de los cielos junto con su ejército celestial para acabar con la maldad; ellos rescatarán a las personas justas y reestablecerán una nueva era de Satya Yuga, en donde también reencarnarán las personas que fueron buenas, espirituales y apegadas Dharma. Los 4 yugas son una prueba clave para demostrar que la vida física no es más que sufrimiento, confusión y dolor, y que la única forma de poder desligarse de ellos, es rompiendo las cadenas del Saṃsāra.


7) Adoración de imágenes: La adoración de imágenes va en conformidad con el espíritu básico del Hinduismo, siendo una práctica espiritual que se encuentra amparada por los textos sagrados. Una imagen puede concentrar y canalizar la energía del devoto, y por ende, funcionar como un vehículo entre su fe y la divinidad retratada en el ídolo, induciendo a una conexión psicológica y espiritual. La práctica de adorar a los Dioses mediante el uso de ídolos se denomina "Mūrti Pūjā", que significa "adoración de imágenes", y es una de las prácticas de devoción o "Bhakti"  más comúnes y antiguas. Sí; sabemos que el ídolo es sin duda inerte, ya que a nivel físico es un simple trozo de piedra, arcilla, madera, yeso, o cualquier otro material. Sin embargo, en la mente del devoto cobra vida cuando vierte su amor y devoción en él. Si Dios es omnipresente y está en todos lados, entonces, ¿por qué no estaría dentro de nuestras estatuas e imagenes? Al tener y reverenciar mūrtis, el devoto reconoce la presencia universal de Dios, y se conecta espiritualmente con su esencia. Incluso en el hinduismo también se venera a los elementos de la naturaleza, como el sol, el agua, el viento, el fuego, los árboles y los animales, ya que Dios también se encuentra dentro de cada uno de ellos. Los ídolos ayudan a que el devoto pueda estar siempre conectado con sus Deidades, abriéndoles las puertas de su casa para ofrecerles un hogar en donde residir. Y ese es justamente uno de los simbolismos más importantes con respecto a este punto; las imágenes son tratadas como si fuesen invitados de honor, y debemos cuidarlas y respetarlas como tal, ya que en ellas mora la energía divina. En consiguiente, es normal que un devoto las cuide como si fuesen personas vivas, ofreciéndoles comida, incienso, ropa, aceites, y toda clase de tributo a modo de veneración y agradecimiento. Las imágenes sirven como una extensión del templo, pero en la comodidad de nuestros hogares, en donde usted podrá meditar, leer y orar. 

Anteriormente ya había publicado un artículo mucho más detallado sobre el tema, el cual usted puede visitar haciendo click en el siguiente enlace:



8) Cremación: Otra de las principales creencias que caracteriza al hinduismo, es la práctica de cremar a los difuntos en lugar de enterrarlos. Esto se debe a diversas razones. Primero, cuando una persona fallece, su cuerpo astral se va desintegrando al mismo ritmo que su cadáver físico, por lo tanto, el alma no abandona inmediatamente al cuerpo tras la muerte, sino que permanece cerca, decayendo y disipándose junto con el cuerpo físico que anteriormente vitalizó. Si el cuerpo físico está simplemente enterrado, los restos del cuerpo astral permanecerán allí por mucho más tiempo, y esto puede tener consecuencias indeseables, como por ejemplo: provocar que el alma difunta se de cuenta de su situación, e intente aferrarse a la Tierra, sobre todo si falleció de manera violenta o sorpresiva. Pero si el cuerpo físico es incinerado después de la muerte, el cuerpo astral se disuelve a mayor velocidad, permitiendo su liberación. Por eso los hindúes queman el cuerpo lo antes posible, para que el alma pueda seguir adelante y no se vea perturbada por ningún lazo terrenal. En segundo lugar, el fuego es uno de los elementos más importantes y sagrados para la cultura hindú, ya que esotéricamente sirve para transmutar ofrendas, para invocar a los Dioses, para purificar el entorno, y también para servir como mediador entre el Cielo y la Tierra. Es por ello que los hindúes llevan milenios adorando al Señor Agni, el Dios Sumo Sacerdote que se manifiesta a través del fuego. Al terminar nuestra vida física, es Agni a través de las llamas de la pira funeraria quien acepta el cuerpo como última ofrenda (Antieshti), y lo destruye de toda ilusión, provocando que nuestra existencia en este plano desaparezca por completo. Finalmente deberíamos evaluarnos lo siguiente; si uno de nuestros seres queridos fallece, ¿por qué querríamos prolongar la horrible putrefacción y descomposición de sus restos mortales en una caja de madera para que posteriormente sea devorado por larvas y gusanos?


9) Libros sagrados: Durante miles de años, las enseñanzas y creencias hindúes fueron transmitidas de generación en generación de manera oral, siendo los rishis (sabios videntes) y los gurús (maestros espirituales) los encargados de esta labor. Ellos fueron capaces de obtener el conocimiento directamente desde fuentes divinas, puesto que dedicaron sus vidas a la meditación, logrando alcanzar estadíos de conciencia súmamente elevados, con los cuales fueron capaces de salir de sus cuerpos y unirse directamente a Dios; esto se conoce como ""Samādhi", que significa "Unión con el Universo" o "Unión con Dios", y es el estado espiritual más alto al que se puede llegar en vida, ya que se proyecta el cuerpo astral a otros planos de conciencia. Con Samādhi, los rishis y gurús trascendieron la realidad física,  pudieron conocer a Dios, además de explorar los registros akáshicos, que son la memoria cósmica en donde se albergan todos los acontecimientos del universo. Cabe mencionar que estas habilidades no son sobrenaturales, milagrosas ni nada por el estilo, y que de hecho cualquier ser humano puede alcanzar dichos estadíos si dedica su vida a ello. En un momento dado de la historia, los antiguos sabios decidieron plasmar el Dharma a través de un lenguaje escrito, el sánscrito, con el cual compusieron los primeros libros sagrados alrededor del 2.000 - 1.500 a.n.e. Sin embargo, la cronología puránica (la línea de tiempo en que transcurren muchos textos hindúes), prevé una cronología de acontecimientos que comienzan mucho antes del 3.000 a.n.e., lo cual evidencia la longevidad de las creencias indias, y por supuesto, el hecho de que se transmitieron oralmente durante miles de años. Es por estas razones que resulta casi imposible rastrear los origenes del hinduismo, ya que son tan antiguos que se pierden en la historia.

En resumen, los principales libros de esta religión, aquellos que se consideran sagrados al cimentar la base espiritual, filosófica y moral de sus principios, son: 

  • "Vedas": Los primeros y más antiguos textos que se compusieron en la India. Estos se dividen en cuatro grandes tomos: "Rigveda", "Yajurveda", "Samaveda" y "Atharvaveda". Cada uno de ellos trata diferentes temas religiosos, los cuales se clasifican en diversas categorías: "Samhitas" (bendiciones, oraciones, himnos, mantras), "Upanishads" (meditación, filosofía, misticismo y conocimiento espiritual), "Upasanas" (adoración / veneración), "Aranyakas" (rituales, ceremonias, observancias y sacrificios), y "Brahmanas" (que son comentarios y explicaciones sobre todo lo anteriormente nombrado). 

  • Mahābhārata: El Mahābhārata es el segundo libro más extenso que jamás se haya escrito en la historia, estando solo por detrás del "Rey Guesar", un libro budista. El Mahābhārata se considera una de las obras maestras en lo que respecta a filosofía y cosmovisión hindú, logrando plasmar con sumo detalle muchos de los pensamientos y principios espirituales que lo conforman, tocando temas como la muerte, la reencarnación, el karma, misticismo, enseñanzas morales y filosofía. Todos estos temas se van desarrollando a lo largo de dos acontecimientos principales: la venida del Señor Krishna a nuestro planeta, y la guerra que aconteció entre dos clanes indios: los Pandava y los Kauravas. 

  • Bhagavad-gītā: Este libro forma parte del Mahābhārata, pero también suele estudiarse y reproducirse de manera independiente, debido al alto contenido espiritual que posee. "Bhagavad-gītā" se traduce como "El Canto del Señor", puesto que plasma las palabras, discursos y enseñanzas que Krishna le transmite personalmente a su discípulo Arjuna, mientras ambos se encontraban luchando durante la guerra entre Pandavas y Kauravas. Aquí, el Señor Krishna profundiza lógicamente los temas que también se abordaron en el Mahābhārata, explicando el funcionamiento básico del universo, la relación del hombre con Dios, el Karma, la reencarnación, doctrinas yóguicas, mokṣa, moral, ética, Brahman, metafísica, deberes, trascendentalismo, y un resumen de las enseñanzas upanishádicas. 

  • Rāmāyaṇa: Este libro narra la venida y las enseñanzas del Señor Rāma, el séptimo avatar de Vishnu, quien encarnó en la Tierra como un simple ser humano, sin tener recuerdos de su origen divino. ¿La razón? Rāma encarnó como humano para enseñarnos que cualquier persona puede convertirse en un vehículo apto la conjunción de la conciencia individual (el alma) con la Conciencia Universal, es decir; Dios, y para ello, solo basta adherir nuestras vidas al Dharma. Y es así como Rāma ilustra su mensaje través de profundas historias, enfocando sus enseñanzas en la superación de momentos difíciles, cuestiones éticas y dilemas morales. Todo esto se va desarrollando a través de diversos acontecimientos de su vida, entre ellos, el secuestro de su esposa Sita y su amistad eterna e incondicional con su discípulo, Hanumân, el Dios Mono, quien tampoco tenía recuerdos sobre su origen divino. 

  • Vedānta Sūtra: Este libro es un compendio que sintetiza y conecta las principales enseñanzas de los Upanishads, el Brahma Sūtra, y posteriormente, el Bhagavad-gītā. El Vedānta se considera la culminación del intelecto humano y la facultad de pensar, puesto que abarca los aspectos metafísicos y místicos más complejos de la cosmovisión india, principalmente enfocados en la indagación sobre la naturaleza de Brahman. "Vedanta" significa "Objetivo del Veda", mientras que "Sutra" se define como un manual o un compendio que contiene una colección de aforismos. Las condiciones para un Sutra eran que tenía que ser breve, simple e irreductible, claro y gramaticalmente impecable, ya que estaban destinados a ayudar al estudiante a recordar la esencia de una larga y agotadora enseñanza, cosmovisión o charla con su gurú.

  • Purāṇas: Los Purāṇas son libros de carácter místico y teológico, puesto que se centran exclusivamente en la imagen y figura de un Dios determinado, entregándonos múltiples detalles sobre su vida, características, atributos, pensamientos, historias, genealogías, gustos, disgustos, y la forma en que éstos se desenvuelven en el cosmos. Los Purāṇas son básicamente la forma en que un Dios se presenta ante la humanidad, ya que nos entregan las claves su entendimiento. Estos libros tienen la particularidad de describir la cosmología, el mundo y la naturaleza de la vida desde la perspectiva propia de un Dios, puesto que la información proviene de ellos mismos. Generalmente, el lenguaje empleado en los Purāṇas tiende a ser alegórico, metafórico y axiológico, por lo tanto, no deben tomarse de manera literal, sino que debemos enfocarnos en descubrir su verdadero significado esotérico. Algunos de los principales Purāṇas son: Bhāgavata-Purāṇa (que trata sobre Vishnu y sus avatares), Shiva-Purāṇa (que trata sobre Shiva), Garuda-Purāṇa (que trata sobre la relación y cosmovisión de Vishnu, Shiva y Brahmā), Ganesha-Purāṇa (que trata sobre Ganesha), Bhavishya-Purāṇa (que trata sobre diversos Dioses, entre ellos Brahmā, Ganesha, Surya y Kartikeya), Markandeya-Purāṇa (que trata sobre la Diosa Shakti), entre otros. 

  • Āgama: Los Āgamas son una basta colección de libros y escrituras (alrededor de 200 obras) que plasman preceptos sobre meditación, mantras, epistemología, filosofía, cosmología, adoración, tantrismo, yoga, disciplina física y mental, mokṣa, conducta ética, esoterismo, despertar espiritual, trascendencia y Brahman, así como instrucciones para tallar y consagrar ídolos, construir templos, dirigir ceremonias, establecer lugares de peregrinación, y diversas observancias religiosas. Teológicamente, los Āgama están centrados en la imagen del Dios Shiva, quien fue la principal fuente de conocimiento para su redacción, pero también nos habla sobre Vishnu, Shakti, Ganesha, Surya y otros Dioses. Debido a su importante contenido se le conoce popularmente como "El Quinto Veda".

  • Yoga Sutra: También llamado "Pātañjalayogaśāstra", que significa "El Yoga Sūtra de Patañjali", en honor a su autor, un destacado erudito y rishi que en el año 500 a.n.e recopiló la teoría, la filosofía y la práctica del Yoga, constituyendo así una de las escuelas más importantes del pensamiento indio. En este libro se definen y explican los 8 caminos o pilares del Yoga, las "Aṣṭāṅgayoga", que son imprescindibles para llevar una vida espiritual y completamente apegada a las enseñanzas Dhármicas, las cuales ya expliqué en una publicación anterior:

El Yoga y su verdadero significado

 


10) Māyā (ilusión): Miles y miles de años antes que Matrix, la era tecnológica moderna y la mecánica cuántica, los hindúes ya postulaban que estamos viviendo en una especie de simulación virtual, en la cual todo lo que vemos y captamos por medio de nuestros sentidos físicos, no son más que meras ilusiones difusas de una realidad desconocida, lo que se conoce como "māyā " en sánscrito. Māyā es la ilusión de un mundo físico que nuestra conciencia considera y acepta como real. Māyā es el poder de creación que genera el mundo manifestado en la forma de un velo de ignorancia que se superpone al Absoluto Supremo. De hecho, la verdadera realidad es aquella en donde mora Brahman, allí no existe ninguna especie de velo ilusorio que nos oculte la verdadera naturaleza divina del universo. Pero atención; Brahman y Vaikuṇṭha no se encuentran en una especie de planeta a miles de años luz, sino que se encuentran aquí, entre nosotros, pero en un plano diferente al que solo se puede acceder mediante la espiritualidad, la meditación, y el mokṣa, y es por eso que Brahman nos dotó con un alma; para que podamos experimentar estos procesos y retornar a nuestros origenes. Gran parte de la filosofía y de las creencias hindúes buscan poder "traspasar el velo de Māyā", para así poder percibir la verdad trascendente. Los múltiples Dioses del panteón hindú también ayudan a que los devotos abran sus ojos (tanto físicos como espirituales), para que así que puedan salir del engaño, de la ilusión. La palabra "Māyā" también se utiliza para designar el estado de apego que tiene una persona hacia un bien o gusto terrenal, lo cual termina aumentando su karma negativo, ya que la persona se está aferrando a la materia en lugar de buscar su liberación. Bajo esta perspectiva, el vicio es māyā, la violencia es māyā, el materialismo, la lujuria, la codicia, el dinero, el poder; todos son "tentaciones" que māyā nos presenta para mantenernos aferrados a su velo de ignorancia, alejándonos de la verdadera realidad. Todos estos placeres mundanos son simples ilusiones que percibimos mediante nuestros 5 sentidos, los cuales están sometidos al constante bombardeo de Māyā, la simulación en que vivimos. En esta era de Kali Yuga es tan difícil darnos cuenta de que todo lo que nos rodea es mentira, como lo es para las criaturas marinas percibir el mar. 

En el Ganesha Purana, el Señor expresa:

"El hombre que se deleita en sí mismo, y que está apegado a sí mismo, no alcanzará la dicha ni la felicidad indestructible, porque no hay felicidad en los sentidos que nos rodean. Los goces que surgen como resultado de los sentidos son las causas del dolor, y están conectados con el nacimiento y la destrucción eterna"


Este ha sido un breve resumen sobre las 10 principales creencias que conforman el pensamiento hindú. 

Una lectura recomendada es:


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