Millones de peregrinos visitan innumerables lugares a lo largo de la ribera del río Ganges para poder entrar en contacto con sus aguas benditas, y así: purificar la mente y el cuerpo con sus propiedades milagrosas, pues las aguas del río Ganges mitigan el pecado y la negatividad inherente a la naturaleza humana. Esto se debe al hecho de que las aguas de este río se encuentran impregnadas por la gracia divina de la Madre Gaṅgā: purificadora de pecados, dadora de vida, y potencial femenino de la naturaleza. De hecho, el río lleva su nombre en honor a la Diosa, quien mora en los fluyentes de todo el planeta como una fuerza mediadora que conecta el plano de los Dioses con el plano de los mortales.
Por si fuera poco, diversos estudios científicos han comprobado que las aguas del Gaṅgā son únicas en todo el mundo: pues poseen una rica variedad de microorganismos eficientes en la depuración de contaminantes orgánicos y agentes infecciosos, además de captar 25 veces más niveles de oxígeno que cualquier otro río del mundo, provocando una auto purificación de primer nivel.
Primeramente, cabe decir que el término "Ganges" es en realidad un extranjerismo acuñado por los griegos, quienes fueron la primera civilización de occidente en visitar la India, alrededor del siglo VII antes de nuestra era.
Como es natural, los extranjeros tuvieron algunas dificultades con la pronunciación de los términos sánscritos, por lo que se vieron en la necesidad de adaptarlos a su propia fonética. De la misma forma en que ciudades indias como "Kolkata", "Mumbai" o "Thoothukudi" fueron llamados "Calcuta", "Bombai" y "Tuticorin", respectivamente, el río "Gaṅgā" también terminó siendo renombrado por los extranjeros, pasando a llamarse "Ganges", y de allí que dicho término se extendiera a la mayoría de los idiomas occidentales. En sánscrito sin embargo, se utiliza la palabra "Gaṅgā" para referirse tanto a la Diosa como a su río sagrado, y "Ganges" simplemente no existe.
Entendiendo lo anterior, a partir de los siguientes párrafos se utilizará únicamente el término Gaṅgā en lugar de Ganges.
Desde el período védico, el río Gaṅgā se ha considerado como el fluyente más sagrado e importante de todos, ya que sus aguas se encuentran especialmente impregnadas por la gracia de la Diosa, y por ello, lleva su nombre.
Muy a menudo, el río Gaṅgā se representa en la entrada de los templos hindúes o bien; existen estanques o cántaros que almacenan una porción de sus aguas como una forma de indicar la mediación entre el mundo de los Dioses y el mundo del hombre.
Básicamente, los textos sagrados nos dicen que el río Gaṅgā proviene de otro plano existencial, aquel en donde moran los Dioses, y que sus aguas son trascendentales, no físicas. Pero esto no debe interpretarse de manera literal: sabemos que el Gaṅgā es un río que nació del Himalaya hace unos 50 millones de años producto de la colisión entre las placas tectónicas. Cuando se dice que el Gaṅgā es divino, se refiere a la esencia que mora en sus aguas: aquella energía que no se puede encontrar en ningún otro sitio, y que tiene la fama de ser un lugar tocado por los Dioses. Por esta razón se asegura que las aguas del Gaṅgā purifican la materia y mitigan el pecado, y por ello se coloca una porción de sus aguas en la entrada de los templos y hogares, pues indica la mediación entre el mundo de los Dioses y el mundo de los seres humanos.
Se nos dice que la parte celestial del Gaṅgā proviene del plano divino de Vishnu, es decir; de Vaikhunta, y que fue transportada al nuestro por la acción del Señor Shiva, el transmutador del cosmos. Es por ello que usualmente el Señor Shiva es retratado con una cascada emanando de su cabeza, pues fue quien asentó la divinidad en sus aguas.
En consiguiente, el río Gaṅgā es referido con diversos epítetos, entre ellos: "Tripathagā", es decir, "Aquel que fluye entre los tres mundos": tierra, cielo e inframundo. También se le llama "Bhagavat-Padi", que significa "Aquel que emana de los pies de Bhagavan [Vishnu]", "Mandākinī": "Río del Cielo", "Vishnu-padabja-sambhuta": "Aquel que nace de los pies de loto de Vishnu", y "Upendra-caraṇa-dravā": "El agua que fluye de los pies de Dios".
Esto convierte a la Diosa Gaṅgā en una mediadora entre el mundo divino y el mundo espiritual, pues su gracia impregna las aguas para permitir que el devoto purifique su cuerpo y mente. Ella es la Santa Patrona del río.
"Para la destrucción de los pecados y defectos de la Era de Kali [es decir, la era de la ignorancia, la violencia y la mentira], no hay otro lugar sagrado a la par con Gaṅgā."
Skanda Purana, capítulo 27 verso 107
Los textos reverencian a la Diosa Gaṅgā como la Gran Destructora de las dolencias físicas, Destructora del veneno de la existencia mundana, y Destructora de las angustias, y que su adoración otorga bienestar, salud, protección y mitigación de pecados. Por ello también es recurrente que los devotos lleven las cenizas de sus difuntos a las aguas del río: para ser despojadas de la naturaleza terrenal y limpiar los residuos de su existencia.
Gaṅgā se representa iconográficamente como una mujer de tez y ropa blanca. Este color es símbolo de pureza, castidad, inocencia, paz, verdad y tranquilidad; aspectos que reflejan el aura auspicioso de la Diosa, al igual que Sarasvatī, también vestida de blanco.
Gaṅgā sostiene varios elementos u objetos en sus múltiples manos, generalmente un nenúfar (flor de loto), un cántaro de agua, un tridente y un japa-mala (rosario).
El loto es simbolismo de pureza y rectitud, pues emerge de las profundidades del agua estancada y, a pesar del entorno sucio en el que nace y crece; su flor jamás se ensucia. Esta alegoría espiritual nos transmite la idea de que no debemos contaminarnos con el ambiente turbio y pecaminoso que nos rodea en el día a día. De igual modo, que la Diosa lleve una flor de loto en sus manos, hace referencia a su aura de castidad y pureza: Ella se eleva por sobre la corrupción e ignorancia del mundo material. Otras veces, la Diosa se encuentra sentada encima de un gran loto, siendo su mensaje el mismo.
Por su parte, el cántaro representa el poder purificador de Gaṅgā, siendo sus aguas una forma de limpiar lo negativo que impera en nuestros cuerpos y mentes. El agua es un elemento sagrado en la religión hindú, existiendo muchas oblaciones, pujas, rituales y ceremonias que involucran su uso.
Gaṅgā lleva un tridente en una de sus manos por su relación con el Señor Shiva, pues Shiva hizo fluir las aguas del río a través de su propio cabello, transmutándolo desde el agua pura del océano causal (originadas en el plano divino de Vishnu) al nuestro. Por esta razón, Shiva es generalmente representado con una cascada que emana desde su cabeza, siendo una representación del Gaṅgā. Y justamente uno de los símbolos sagrados del Señor Shiva, es el tridente, que representa creación, mantenimiento y destrucción; pasado, presente y futuro; cuerpo, mente y alma; muerte, ascensión y reencarnación. Esotéricamente, las dos puntas laterales del tridente se elevan hasta un punto determinado, mientras que la tercera, es decir, la de en medio, se emplaza más arriba. Esta es una representación alegórica de tres importantes canales etéricos que sustentan el cuerpo espiritual: "ida", "pigala" y "sushumna", que recorren la columna vertebral desde su base hasta la cabeza.
Finalmente, la Diosa suele portar un "japa-mala" o rosario, que representa la aplicación práctica del conocimiento espiritual mediante la oración, el rezo y los mantras.
También es notorio apreciar que en la mayoría de las representaciones artísticas, Gaṅgā tiene una de sus manos libres para realizar el "abhayamudra"; un gesto de protección, confianza y seguridad.
Otros elementos de su representación iconográfica hacen referencia a su carácter divino, inmaculado y superior, por lo que suele llevar una corona de oro, un nimbo o halo solar detrás de su cabeza, y un tercer ojo en el entrecejo, que hace referencia a su poder trascendental como Deidad yóguica, señalando el Chakra Ājñā.
También se le representa montada sobre una bestia marina: "Makara", una especie de cocodrilo o dragón acuático que gobierna los ríos y mares. En la astrología hindú, Makara es el signo astrológico de Capricornio; el "Pez Cabra" que marca el solsticio de invierno. Makara también es la bestia sagrada de Váruṇa, Dios elemental del agua, y de Kama, la semilla primordial.
"Si alguien toma un baño sagrado con devoción en el río Gaṅgā durante el día de su natividad [Gaṅgā Dussehra], instantáneamente será liberado de la multitud de pecados acumulados en el curso de varios nacimientos".
Skanda Purana, capítulo 27 verso 128
A continuación adjunto mantras dedicados a la Diosa para invocar su gracia y protección:
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