Millones de peregrinos visitan innumerables lugares a lo largo de la ribera del río Ganges para poder entrar en contacto con sus aguas benditas, y así: purificar la mente y el cuerpo con sus propiedades milagrosas, pues las aguas del río Ganges mitigan el pecado y la negatividad inherente a la naturaleza humana. Esto se debe al hecho de que las aguas de este río se encuentran impregnadas por la gracia divina de la Madre Gaṅgā: purificadora de pecados, dadora de vida, y potencial femenino de la naturaleza. De hecho, el río lleva su nombre en honor a la Diosa, quien mora en los fluyentes de todo el planeta como una fuerza mediadora que conecta el plano de los Dioses con el plano de los mortales.
Por si fuera poco, diversos estudios científicos han comprobado que las aguas del Gaṅgā son únicas en todo el mundo: pues poseen una rica variedad de microorganismos eficientes en la depuración de contaminantes orgánicos y agentes infecciosos, además de captar 25 veces más niveles de oxígeno que cualquier otro río del mundo, provocando una auto purificación de primer nivel.